Zeroville, Steve Erickson.
Zeroville. Una tarde de agosto de 1969, una “familia” hippie encabezada por Charles Manson perpetra cinco violentos asesinatos en los desfiladeros que dominan Los Ángeles. El mismo día, un joven estudiante de teología excomulgado y recién llegado a la ciudad recorre Hollywood Boulevard con las imágenes de Elizabeth Taylor y Montgomery Clift tatuadas en la cabeza.
Ingenuo y violento, Vikar no es un cineasta sino un “cineautista”, y el mundo donde se introduce es un vórtice cultural en plena agitación: drogas que le asustan, una sexualidad que le devora, una música que no entiende. El Hollywood al que ha llegado en su obsesión con la gran pantalla es un Hollywood tan indiferente al cine como al propio Vikar.
Un cine que es un motivo recurrente en varias novelas de Erickson, pero que en Zeroville alcanza el estatus de revelación. A lo largo de las décadas de los setenta y ochenta, mientras los antiguos estudios se desmoronan ante la embestida de una nueva generación de blasfemos cinematográficos, Vikar se convierte en un inconcebible editor de películas, poseído de una extraordinaria visión artística. Va tropezando con actrices en ciernes, ladrones, revolucionarios, prostitutas, músicos punks y directores de cine veteranos, para acabar descubriendo el secreto que yace en toda película jamás hecha.
Épica en su alcance a la par que accesible en su ejecución, en Zeroville comprobamos que el cine no forma parte de nuestros sueños, sino que son las películas las que nos sueñan a nosotros.
La novela ha sido llevada al cine por James Franco (Spiderman), quien la protagoniza junto a Megan Fox (Transformers).