Un detective en Babilonia, Richard Brautigan.
Un detective en Babilonia, Richard Brautigan. Algunos detectives valen más por lo que callan que por lo que dicen. C. Card vale más por lo que no tiene que por lo que tiene. No tiene buena suerte, y tampoco tiene escrúpulos, ni vergüenza, ni nada que perder. Pero tiene un caso: una rubia adinerada muy aficionada a la cerveza le encarga robar el fiambre de una prostituta preciosa.
También tiene un mundo paralelo: Babilonia. Cuando sueña con Babilonia, se convierte en una estrella del béisbol, en chef de un restaurante mexicano, en el mejor amigo de Nabucodonosor… Pero soñar con Babilonia es peligroso: cuanto más consigue allí más pierde en el mundo real. Richard Brautigan, el autor fetiche de la contracultura de los sesenta, decía que su lugar en el mundo eran las nubes, porque era tan pobre, feliz, miserable, despistado, divertidísimo e irrepetible como C. Card, sin duda su mejor personaje.
Después de cuatro volúmenes, la “Colección Brautigan” no deja de sumar seguidores. Un detective en Babilonia es el libro más conocido del autor entre los lectores e indiscutiblemente, uno de los mejores y más originales relatos de género noir de las letras contemporáneas: un cóctel perfecto de genéro detectivesco con ese inconfundible acento cómico tan “Brautigan”.
Richard Gary Brautigan nació en Tacoma, Estados Unidos, el 30 de enero de 1935. Su padre nunca lo reconoció y, cuando tenía nueve años, su madre los abandonó a él y a su hermana en la habitación de un hotel en Great Falls, Montana. Pasaron muchas horas esperando a que volviese, hasta que el cocinero del establecimiento decidió acogerlos. Alguien ha dicho que su cerebro fue el único juguete que tuvo. A los veinte años fue recluido en un hospital para enfermos mentales por arrojar una piedra contra una comisaría.