En este libro se presenta ‘La Simbología Andina de Pre y Post Conquista” o sea aquellas señales que el hombre andino nos dejó en sus monumentos y entierros y que nos hablan de su concepto del Mundo, de Dios así como de sus costumbres, su modo de pensar, sentir y actuar frente a esa realidad cambiante de personas, animales, árboles, piedras, etc.En la antigüa Grecia, la palabra símbolo se refería a una tableta de madera o cerámica que se acostumbraba entregar a los huéspedes extranjeros a fin de poder identificarlos dentro de una ciudad amurallada. Esta tableta se partía en dos: la mitad la conservaba el huésped y la otra era guardada celosamente por la autoridad Municipal, era como una especie de pasaporte moderno. Con el correr de los años, el símbolo se convirtió en el lenguaje necesario para introducirse en el mundo espiritual, en el espacio de lo sagrado.
El ”iniciado” es entonces la persona que entiende el significado del símbolo y puede leer su mensaje, y así puede entrar por la puerta de la Verdad Absoluta. Puede penetrar a un mundo espiritual, vetado al resto de las personas, que no poseen el conocimiento de este ”alfabeto espiritual”.
El hombre andino anterior a la conquista española, vivía en un mundo dominado por los símbolos: una serpiente estilizada significaba algo ”sagrado”, un ceramio con la representación de un monte significaba el ”Apu” o divinidad y la noche era representada por una lechuza, etc.
Sin embargo, la mentalidad del Hombre Andino de la pre-conquista era muy diferente a la del hombre occidental europeo. Así, el mundo para el hombre andino resultaba de fuerzas telúricas, era un ser con movimiento, con vida, con el cual vivía en perfecta armonía; en cambio, para el hombre occidental, lo sobrenatural. El Símbolo será siempre un ”Lenguaje Universal”, que puede ser entendido por todos los hombres, aunque hablen distintos idiomas, y es por eso que el símbolo, es un puente que une a todos los hombres, sin distinción de credo, raza o religión. De allí su importancia.