Envuelve poco a poco entre cuento y cuento… Pero esto podría decirse de muchos buenos libros de la literatura colombiana actual; en el que sí encuentro un sello especial con Piel de conejo es que en esta prosa hay un humor delicado, nostálgico, irónico, y a veces juguetón, que muestra la conquista de la voz propia, es decir, de una poesía que reinventa para otros el mundo familiar y cercano una vez vivido, y luego una y otra vez imaginado en una palabra que continuamente se enriquece con la lectura. Esa condición de inagotable es un admirable mérito.
– Felipe Restrepo David