Perros perdidos, Jeff Lemire
“La furia se vuelve una moneda de cambio y lo obliga, a pesar de su resistencia inicial, a aceptar su destino anatómico: ser un portento a su propio pesar. El cómic cobra así la forma de un martirio y la curva pasa del drama a la tragedia y de esta hacia una forma de mitología contemporánea. ¿No hemos escuchado los ecos de esta caída, quizás en el fondo de un bar, y luego hemos brindado, como una forma de catarsis, por la desgracia ajena?”