Una llamada anónima revoluciona la vida de un círculo de octogenarios. “Recuerde que debe morir”, dice la voz. La paranoia propia de la edad recrudece con un rosario de fabulaciones y malentendidos. Intensa elegía de la vejez, sus extravíos, omisiones y súbitos resplandores, Memento mori recomienda concentrarse en ciertos recuerdos “y aproximarlos, como cuando uno se acerca un libro a los ojos”. ¿Vamos perdiendo la memoria o el mundo empieza a escondernos cosas? ¿Solamente una persona vieja es “alguien que llena el tiempo con su voz”? Para los protagonistas de la novela – no excenta de suspenso, chantaje y un milagroso sentido del humor – , el pasado es un lugar donde nos esperan los otros: los que fuimos y queremos borrar. Y nunca regresa – regresan – tan deprisa, con tantas noticias urgentes, como en los últimos años de una vida.
“Sus tramas son tan lujosas y misteriosas como despojado y claro es su estilo; su deliberada claridad, como la de Kafka, subraya irónicamente el misterio de aquello que se está diciendo” John Updike.
“Una escritora maravillosamente ingeniosa – lo mejor, creo, es Memento mori, una novela de una brillantez escalofriante.” Tennessee Williams.