”Ospina nos devuelve jirones del paisaje urbano y de sus broncos habitantes, y es como si fuera la primera vez que los viéramos, algo que se pide a todo auténtico artista: que nos devuelva lo que hemos visto sin ver, que ejecute una vuelta de tuerca a una realidad que, por excesiva cotidianidad y por las vendas y mortajas creadas por el hábito, ya no vemos ni intuimos” – Juan Manuel Roca
Para este artista, Medellín es centro, ciudad, inspiración, cotidianidad, pasión, intensidad. En su universo están texturas y luces de la urbe. Tomas y encuadres insospechados de sus edificios emblemáticos.Vestigios de los afiches desgastados por el paso del tiempo. Ventas callejeras de comida. Maniquíes. Personajes que desempeñan sus oficios, y sus atrevidos e innovadoras composiciones urbanas. La imaginaría popular. Las zonas duras y los seres que las pueblan. Los jóvenes de aquí y allá. Ospina es testigo y parte; está inmiscuido,pero alcanza a mirar como si lo hiciera desde afuera. Recorre su ciudad a diario, y se recorre a sí mismo.