“Manya Sklodowska llegó a París en 1891 cuando tenía 24 años. Del tren no se bajó una joven provinciana sino una mujer obstinada que pasó a llamarse Marie. Trajo consigo un baúl con suficiente lencería, un colchón, y una silla plegable, además de lo necesario para los tres días que duraba el viaje en un vagón de tercera clase. Así como ser institutriz no era un destino extraño a las señoritas de buenas familias venidas a menos, tampoco lo era que los polacos viajaran con frecuencia a Francia, país en el que podían gozar de la libertad que no tenían.
París era un hervidero de talentos y no por nada se la consideraba la “ciudad luz”. Pero para formar parte de esa constelación de científicos, escritores, filósofos y artistas que poblaban la urbe circulando entre sus fulgores y miserias, había que pagar un precio…”.
La voluntariosa joven de la que hablan estas líneas es madame Curie, una expatriada polaca que llegó a convertise en una de las mujeres más importantes del mundo de la ciencia. Con un lenguaje claro y preciso, la reconocida escritora venezolana Yolanda Pantin narra las angustias, triunfos y decepciones de esta afamada científica.
La información sobre personajes, circunstancias y hechos relevantes junto a recursos gráficos de diversa índole crean distintos niveles de lectura que le permitirán al lector de esta biografía acercarse a una de las mentes más brillantes del siglo XX y comprender la trascendencia de su legado.