Un Supermán (sí, con tilde en la «a») fumador y borracho que parece más fruto del realismo sucio que del realismo mágico. Jóvenes aburridos que se entretienen matando zombies o que huyen a la Tierra camino de Marte. El amor post-adolescente y los ritos de paso. Melancolía y acción.
En estas cuatro historias resuenan tanto Bret Easton Ellis como Philip K. Dick, Bukowski como los Pixies; y los géneros se funden de manera magistral: la «novela de dictadores latinoamericanos» con la ciencia ficción, la comedia con el gore.
Pero por encima de cualquier rastro se alza la voz de un autor que nos habla del tedio juvenil y el anhelo de felicidad, en cualquier época y en cualquier lugar, con una sabiduría y un humor nuevos.
En estas cuatro historias resuenan tanto Bret Easton Ellis como Philip K. Dick, Bukowski como los Pixies; y los géneros se funden de manera magistral: la «novela de dictadores latinoamericanos» con la ciencia ficción, la comedia con el gore.
Pero por encima de cualquier rastro se alza la voz de un autor que nos habla del tedio juvenil y el anhelo de felicidad, en cualquier época y en cualquier lugar, con una sabiduría y un humor nuevos.