De la mano de Francisco, un adolescente que descubre el sexo y la llamada irrecuperable de la literatura, y que se rebela contra los valores familiares y las enseñanzas de los jesuitas, y de Joaquín -su tío- que arrastra el estigma del descarriado e inadaptado y vive al margen de todos, el narrador nos introduce en el microcosmos de una poderosa familia: un retrato vivísimo de la corte de hermanos y sirvientes, de empleados y amigos, presidida, como una gran matrona, por la señora Cristina.
La historia independiente de Francisco y Joaquín nos habla de los esfuerzos por escapar de las rigideces de clase y de los valores que representa, de los remordimientos y debilidades, las hipocresías y los sentimiento largamente reprimidos, de la atracción por los bajos fondos y la importancia de la noche, tal vez la clave que mantiene «el orden social en Chile»
Primera novela de uno de los escritores de más resonancia y acogida de la narrativa castellana.