Una mujer vacía, enmudecida e infinitamente sola ha separado su alma de sus recuerdos. Pero una voz resuena con urgencia: es el llamado de la memoria; la narradora sabe que ha llegado el momento de contar su historia, que la desazón que la asalta es la tregua que antecede a la creación, y que anuncia la llegada del lenguaje, dispuesto a sanar la herida de la muerte.
¿Pero a dónde ir a buscar lo que se ha ido perdiendo en tantos años de no querer mirar atrás? Como buscando a tientas, vuelve a su infancia, al primer amor, al primer desengaño. De telón de fondo, una España que no se recupera tampoco de las heridas de la guerra.