«Faulkner, en obras anteriores, ha jugado poderosamente con el tiempo, deliberadamente ha barajado el orden cronológico, deliberadamente multiplicó los laberintos y los equívocos. Tanto lo hizo que no faltó quien asegurara que derivaba toda su virtud de esas involuciones. Esta novela -directa, irresistible, straightforward– viene a desbaratar esa sospecha. Faulkner no trata de explicar a sus personajes. Nos muestra lo que sienten, lo que obran. Los hechos son extraordinarios, pero su narración es tan vívida que no podemos concebirlos de otra manera. “Lo verdadero puede no parecer verosímil” ha dicho Boileau. Faulkner prodiga las inverosimilitudes para parecer verdadero -y lo consigue. Mejor dicho: el mundo que imagina es tan real, que también abarca lo inverosimil. William Faulkner ha sido comparado con Dostoievski. la aproximación no es injusta, pero el mundo de Faulkner es tan físico, tan carnal, que junto al coronel Bayard Sartoris o a Temple Drake el homicida explicativo Raskolnikov es tenue como un príncipe de Racine… Ríos de agua morena, quintas desordenadas, negros esclavos, guerras ecuestres, haraganas y crueles: el mundo peculiar de The Unvanquished es consanguíneo de esta América y de su historia, es criollo también. Hay libros que nos tocan físicamente como la cercanía del mar o de la mañana. Éste -para mí- es uno de ellos.»
Jorge Luis Borges