Verano azul,Unas vacaciones en el corazón de la transición, Mercedes Cebrían
Para la generación de los nacidos en los setenta, la serie Verano azul –emitida por primera vez en 1981, y repuesta en numerosas ocasiones desde entonces por Televisión Española– es un referente cultural de primer orden. Su irrepetible galería de personajes –el pescador Chanquete, la pintora Julia y la pandilla de niños y preadolescentes formada por Pancho, Javi, Bea, Desi, Quique, Tito y el Piraña– ha dejado huella en el imaginario colectivo y todavía hoy se recuerdan algunos de los momentos más destacados de la serie y el vocabulario que ésta popularizó. Pero Verano azul va más allá del entretenimiento y de un puñado de escenas memorables. Si ha calado hondo en la sociedad española ha sido porque sus episodios ocultaban mucho más de lo que podría parecer. Verano azul no sólo fue el recuento de las aventuras de un grupo de jóvenes durante unas vacaciones en Nerja (Málaga), sino el reflejo de una España que, en ese momento, justo después del 23-F y antes de la victoria socialista en las elecciones de 1982, todavía se debatía entre el pasado –la oscuridad– y el futuro –la modernidad–.
En cierto modo, la serie Verano azul simboliza la Transición: el conflicto latente dentro de aquella fractura generacional de los 80, en la que un país puritano, autoritario y poco receptivo a nuevas ideas coexistía con otro ávido de cambio, libertad y empatía. En todas estas cuestiones ahonda Verano azul. Unas vacaciones en el corazón de la Transición: a partir de la mitomanía, la memorabilia y las citas de diálogos míticos –y de una ruta turística por Nerja acompañada por Miguel Joven, el actor que encarnó a Tito–, Mercedes Cebrián reflexiona acerca del impacto que ha tenido la serie creada por Antonio Mercero no sólo como producto de entretenimiento y narración juvenil, sino también como altavoz de la necesidad de aire fresco y del espinoso proceso de transformación de un país entero. Una idea que se resume en unas pocas palabras: Verano azul somos todos, y hoy somos lo que somos, en parte, gracias a aquellos diecinueve episodios que han traspasado generaciones y siguen muy vivos en el recuerdo.