«Crecieron juntos, mas no iguales,
por los galeses andurriales,
Robin era muy tramposo,
maleducado y peligroso.
Ben, más servil y traicionero,
no robaba, sisaba dinero;
cantaba el domingo en el coro
y sustraía con decoro».
El pirata y el boticario es un relato en el que la moral -o la falta de ella- juega a disfrazarse y desafía continuamente al lector. Un sabio manual para quien quiera ejercer la piratería u otras malas artes menos arriesgadas pero igualmente lucrativas.