Crónicas de una mujer de 1,49

Dos citas de periódico nos ayudan a definirla. En 1944 el periódico El Siglo
de Bogotá la llamó “la mejor periodista de Colombia”. Veinte años más tarde,
en otro diario capitalino, completaron la definición: “No exageramos si
decimos que la inteligencia femenina tuvo en nuestro país su más sorprendente
revelación cuando esta extraordinaria mujer empezó a manejar, por mera
casualidad, una pluma y a escribir para los periódicos”. Incluso si no se
toman al pie de la letra, incluso si uno las considera meros ditirambos, esas
palabras no esconden el hecho incuestionable de que Emilia Pardo Umaña se
distinguió por ser la pionera de muchos campos. No solo fue la primera mujer
que se dedicó profesionalmente al periodismo en Colombia; no solo inauguró las
columnas de consejos sentimentales; no solo fue una de las primeras
conductoras de la ciudad y una de las primeras propietarias de un auto; no
solo fue una de las primeras mujeres que entró en los cafés a departir con los
hombres; no solo fue la primera cronista taurina de Bogotá, sino que el tiempo
le alcanzó para ser sometida a un consejo de guerra por supuesta traición a la
patria y para dejar regadas, en diferentes periódicos, cientos de maravillosas
columnas sobre toda clase de temas: el cultivo del café, los misterios de la
ropa interior, las alegrías de fumar, el modo correcto de dar una bofetada…
Aunque parezca inverosímil, nada de ese material ha sido reunido hasta ahora
en un libro.